Cuatro formas en las cuales estar al aire libre fomenta el desarrollo de los niños
Estudios revelan una relación entre el bienestar de los niños y el tiempo que pasan con la naturaleza.
Estas son las cuatro principales formas en las cuales estar al aire libre fomenta el desarrollo social, emocional, cognitivo y físico de los niños.
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Jugar al aire libre crea habilidades de resolución de problemas. Cuando los niños participan en juegos desestructurados al aire libre, improvisan, toman decisiones, trabajan en grupo y aprenden a resolver conflictos de forma creativa. Los problemas y los charcos de lodo en verdad crean habilidades de razonamiento críticas y competencia social, haciendo que los niños se comprometan como una comunidad.
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La naturaleza enciende el interés (y las notas) de los niños en la ciencia. Los programas de ciencia al aire libre que ponen énfasis en el aprendizaje práctico de la ciencia y las relaciones entre el mundo real y los conceptos científicos básicos mejoran la comprensión que los alumnos tienen de ella.
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La naturaleza reduce el riesgo de obesidad infantil. Para combatir la obesidad, los niños y los adolescentes deberían realizar al menos 60 minutos de actividad física a diario.
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La naturaleza significa luz solar y la luz solar significa más vitamina D. Obtenemos vitamina D de los alimentos y de la luz solar, y es clave para la absorción de nutrientes fundamentales, incluido el calcio y el fósforo que ayudan a los niños a que crezcan sus huesos, dientes y a que desarrollen inmunidad. Hoy en día, recibimos menos vitamina D gracias a los trabajos de oficina, la vida urbana y las pantallas solares, pero salir al sol provee de forma natural la vitamina D de forma necesaria para tener un cuerpo saludable.